La pregunta es súper sencilla, ¿qué nos
divide? ¿Qué nos impide avanzar? El miedo, el miedo que se encuentra en nuestro
ADN, el mismo miedo que ha mantenido en un estado de letargo a la sociedad
chilena históricamente. Se habló de los sentimientos, de que era un
tópico subvalorado en política, eso es verdad; porque finalmente cuando ya nada
de razón queda, es el corazón quien nos dicta nuestros actos.
Un análisis simple, pero efectivo, nos
revela que Chile tiene una división eterna según cada generación:
- O'higgins y Carrera
- Guerra Civil - Balmaceda
- Allende - Pinochet y su dictadura
- El plebiscito del 5 de Octubre de 1988.
Al momento de pedir razones, tenemos a toda
una generación de políticos, de personas que todo lo remontan a revanchismos y
disputas históricas de los dos últimos momentos descritos; esto se ha visto
nuevamente con la serie de programas en televisión sobre el tema del golpe de
Estado y la posterior dictadura.
Tenemos una generación -la de nuestros padres-
traumada, que vive anclada de estos sentimentalismos y esa división fratricida
de recuerdos buenos y malos que nos termina oprimiendo, generando cadenas e
impidiendo pensar por nuestra cuenta.
Nietzche en sus escritos llamó a matar a Dios, los llamamos a matar a Allende y Pinochet.
Necesitamos acabar, de una vez por todas, con estos falsos ídolos de barro que se han creado, que sólo nos traen relatos de miseria de tiempos mal vividos y que se han amalgamado en nuestros apellidos. Tal vez me dirán "Debemos conocer nuestro pasado para no repetirlo en el futuro", pero yo no llamo a olvidarlo, al igual que todo deudo, podemos conversar con nuestro pasado, pero es nuestro deber superar este duelo.
La necesidad de construir nuestro propio
relato se logrará cuando superemos este caminar taciturno de veinte años
llorando a nuestros antepasados y este relato debe ser ajeno al de nuestros
padres. Somos los llamados a construir la idea de
un Estado perfectible, de terminar con la condena de la cuna, de los ghettos en que se escuda Chile y
terminar con la pobreza material, intelectual y cívica.
¿Y qué hacemos con los casos de Detenidos Desaparecidos que aún lloran y buscan las familias? No se debe olvidar o "superar" como dices, se debe esclarecer y punto.
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