martes, 1 de octubre de 2013

Ya sabemos los hechos de los últimos días. No es necesario venir a relatarlos. Declaraciones anacrónicas, estudios, anuncios, suicidios.
Hay dos cosas interesantes a revisar acá.
En primer lugar, un punto más bien preliminar en esta columna, pero muy importante para la conciencia y alma de nuestro país. Salvo algunos termocéfalos aún existentes, hemos alcanzado un amplio consenso como país en algunos presupuestos básicos:
Quienes violaron los derechos humanos son unos criminales y no unos militares juzgados injustamente. Esto se basa en una premisa aún más clara: las violaciones a los derechos humanos no pueden ser justificadas bajo ningún parámetro moral o jurídico. Además, los autores de aquellos actos deben ser juzgados como cualquier ciudadano lo sería, es decir, sin privilegios.
El otro lado de esto es que el Presidente Piñera tenía una oportunidad histórica en esta pasada… Y, en general, la aprovechó bien. Ocupó, a diferencia del ex candidato de su partido, el término correcto: “dictadura”.  Aceptó las responsabilidades de civiles de su sector. Coronó esto cerrando el penal Cordillera, la mayor demostración de los privilegios que tienen los militares que violaron derechos humanos.
Es cierto, la tarea no está completa, pero el estándar de justicia ha mejorado. Piñera, con esto, avanzó en una labor importantísima para la transición (sí, la misma que ha durado más que la propia dictadura): irle devolviendo a su sector los tintes democráticos, desterrando a los que no aceptan sus culpas.
La derecha hoy comienza a partirse en dos. Los viejos, los colaboradores del dictador, los que aún justifican lo injustificable y evaden las preguntas complicadas. Por otra parte, la derecha demócrata, la derecha nueva. Aquella de la que, sin duda, Piñera es el líder. Ojalá esta sea la que alcance la hegemonía prontamente en ese sector político. Se necesitan interlocutores cuya moralidad sea menos cuestionable.

En septiembre, Piñera ganó. El “traidor” ganó.

Richard Tepper 



Sea cortés, ande con cuidado, eduquese lo mas que pueda, respete para que lo respeten, y que Dios nos ampare.