lunes, 17 de febrero de 2014


¿Hay otra palabra que describa el actual comportamiento de quiénes siguen apoyando el gobierno venezolano y su actuar? Se podría decir obstinación, pero eso implica algún grado de veracidad en sus dichos, aquí solo hay un ciego intento de justificar lo injustificable.

Me siento sorprendido como para cierto sector de la política chilena no hay ni siquiera un ápice de vergüenza ante el actuar de un gobierno que es de su sector político. Al mismo tiempo, debo rechazar a los críticos de esta actitud siendo que han actuado de la misma forma en el pasado.

En primer lugar, quisiera sacar del esquema o restar relevancia a todo movimiento político que ha amparado de alguna forma u otra el golpe militar de 1973 y todas las atrocidades posteriores; mientras estos movimientos no hagan un mea culpa respecto de apoyar a un dictador, ladrón y genocida como Augusto Pinochet, no tienen autoridad alguna para levantar el dedo acusador para fijarse en la paja ajena siendo que tienen un enorme cargo de conciencia.

Luego de realizada esta aclaración, es mi intención analizar ciertos puntos. El primero de ellos, es que reconozco el valor de la democracia venezolana donde su participación es envidiable, mientras que en Chile aún lamentamos niveles de abstención en la elección pasada. No podemos señalar que Venezuela es una dictadura o una democracia disfrazada, el pueblo venezolano en las presidenciales tuvo la posibilidad de elegir entre dos opciones y proyectos políticos totalmente distintos, de partidos y tendencias totalmente distintas. Eso no ocurre en Cuba ni en Corea del Norte, donde las opciones son desde un mismo partido e incluso no hay posibilidad de opción alguna.

Aclarado que el tema de la democracia, debo SI señalar que considero que viven en un régimen autoritario, donde la libertad si significa algo, será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente (Y AL GOBIERNO) aquello que no quiere oír[1], y eso no existe en nuestro país hermano. Incluso, me atrevo a señalar que el señor Maduro actúa como un tirano, debido al poder que detenta luego de la serie de “poderes especiales” que le otorgó el parlamento y el ausente equilibrio de poderes que podemos divisar a simple vista. Incluso, Aristóteles en la Política teorizó sobre el tema e indicó una situación muy parecida a la que vive nuestro país hermano: El tirano sale del pueblo y de la masa contra los notables, para que el pueblo no sufra ninguna injusticia por parte de aquellos. Se ve claro por los hechos: casi la mayoría de los tiranos, por así decir, han surgido de demagogos que se han ganado la confianza calumniando a los notables.

¿La situación que vive el país tropical de escasez de alimentos y descontento social es producto de algún agente externo? Muchos han señalado a Estados Unidos como el autor de todo este descontrol debido a las ganas de intervenir y controlar el petróleo. Ante este pensamiento simplista y conclusiones salfatianas solo me queda señalar lo siguiente: la política de cuerdas separadas, tan famosa por estos días, la desarrolló en su mayor expresión el difunto Hugo Chávez con Estados Unidos. La diplomacia difiere de los negocios, y eso lo sabía Chavez-Obama-Bush a la hora de sentarse a negociar. Desde el año 2006 el crecimiento de las relaciones comerciales entre Caracas y Washington han aumentado en un 36%, transformándose en socios muy importantes. El gobierno de Chávez es el 4° vendedor de petróleo más importante que tiene EEUU y es el principal comprador de hidrocarburos de los venezolanos. El año 2011 USA le compraba a Venezuela más de 40.000 millones de dólares en barriles de petróleo desde las costas de Orinoco hasta Corpus Christi. Lamentablemente para muchos, en materia económica, el imperialismo norteamericano y la revolución bolivariana son muy buenos amigos.

Finalmente, ¿entonces quién tiene la culpa? ¿Podemos seguir echándole la culpa al empedrado por los errores que ha cometido Maduro? A mi parecer, no. En estos momentos, la gente de Venezuela se está expresando en las calles sin ayuda de la CIA ni nada por el estilo. No podemos ni siquiera comparar lo que se está viviendo allá con la vía chilena al socialismo que experimentó Chile con el Doctor Salvador Allende. En el país hermano del Norte se está viviendo una crisis por errores de manejo político y desconocimiento total acerca de llevar una economía interna. El estallido social se está viviendo por el hambre y no por otra cosa. Los muertos no son defensores del chavismo si no víctimas de un Estado opresor que no entiende las lógicas humanas del nuevo milenio. Ante esta situación, solo me queda demostrar mi solidaridad no solo con las familias de un lado u otro que no pueden dormir tranquilas en las noches por las revueltas sino también con los movimientos políticos que ya han pasado al umbral de fanatismo religioso tratando de esconder a toda costa los ripios y las fallas de un modelo fracasado.


  @nbezama




[1] Orwell, George. 

1 comentario:

Sea cortés, ande con cuidado, eduquese lo mas que pueda, respete para que lo respeten, y que Dios nos ampare.