¿Hay otra palabra que describa el actual comportamiento de
quiénes siguen apoyando el gobierno venezolano y su actuar? Se podría decir
obstinación, pero eso implica algún grado de veracidad en sus dichos, aquí solo
hay un ciego intento de justificar lo injustificable.
Me siento sorprendido como para cierto sector de la política
chilena no hay ni siquiera un ápice de vergüenza ante el actuar de un gobierno
que es de su sector político. Al mismo tiempo, debo rechazar a los críticos de
esta actitud siendo que han actuado de la misma forma en el pasado.
En primer lugar, quisiera sacar del esquema o restar
relevancia a todo movimiento político que ha amparado de alguna forma u otra el
golpe militar de 1973 y todas las atrocidades posteriores; mientras estos movimientos
no hagan un mea culpa respecto de apoyar a un dictador, ladrón y genocida como
Augusto Pinochet, no tienen autoridad alguna para levantar el dedo acusador
para fijarse en la paja ajena siendo que tienen un enorme cargo de conciencia.
Luego de realizada esta aclaración, es mi intención analizar
ciertos puntos. El primero de ellos, es que reconozco el valor de la democracia
venezolana donde su participación es envidiable, mientras que en Chile aún
lamentamos niveles de abstención en la elección pasada. No podemos señalar que
Venezuela es una dictadura o una democracia disfrazada, el pueblo venezolano en
las presidenciales tuvo la posibilidad de elegir entre dos opciones y proyectos
políticos totalmente distintos, de partidos y tendencias totalmente distintas.
Eso no ocurre en Cuba ni en Corea del Norte, donde las opciones son desde un
mismo partido e incluso no hay posibilidad de opción alguna.
Aclarado que el tema de la democracia, debo SI señalar que
considero que viven en un régimen autoritario, donde la libertad si significa
algo, será, sobre todo, el derecho a decirle a la gente (Y AL GOBIERNO) aquello
que no quiere oír[1],
y eso no existe en nuestro país hermano. Incluso, me atrevo a señalar que el
señor Maduro actúa como un tirano, debido al poder que detenta luego de la
serie de “poderes especiales” que le otorgó el parlamento y el ausente
equilibrio de poderes que podemos divisar a simple vista. Incluso, Aristóteles
en la Política teorizó sobre el tema e indicó una situación muy parecida a la
que vive nuestro país hermano: El tirano
sale del pueblo y de la masa contra los notables, para que el pueblo no sufra
ninguna injusticia por parte de aquellos. Se ve claro por los hechos: casi la
mayoría de los tiranos, por así decir, han surgido de demagogos que se han
ganado la confianza calumniando a los notables.
¿La situación que vive el país tropical de escasez de
alimentos y descontento social es producto de algún agente externo? Muchos han
señalado a Estados Unidos como el autor de todo este descontrol debido a las
ganas de intervenir y controlar el petróleo. Ante este pensamiento simplista y
conclusiones salfatianas solo me
queda señalar lo siguiente: la política de cuerdas separadas, tan famosa por
estos días, la desarrolló en su mayor expresión el difunto Hugo Chávez con
Estados Unidos. La diplomacia difiere de los negocios, y eso lo sabía
Chavez-Obama-Bush a la hora de sentarse a negociar. Desde el año 2006 el
crecimiento de las relaciones comerciales entre Caracas y Washington han
aumentado en un 36%, transformándose en socios muy importantes. El gobierno de
Chávez es el 4° vendedor de petróleo más importante que tiene EEUU y es el
principal comprador de hidrocarburos de los venezolanos. El año 2011 USA le
compraba a Venezuela más de 40.000 millones de dólares en barriles de petróleo
desde las costas de Orinoco hasta Corpus Christi. Lamentablemente para muchos,
en materia económica, el imperialismo norteamericano y la revolución
bolivariana son muy buenos amigos.
Finalmente, ¿entonces quién tiene la culpa? ¿Podemos seguir
echándole la culpa al empedrado por los errores que ha cometido Maduro? A mi
parecer, no. En estos momentos, la gente de Venezuela se está expresando en las
calles sin ayuda de la CIA ni nada por el estilo. No podemos ni siquiera
comparar lo que se está viviendo allá con la vía chilena al socialismo que
experimentó Chile con el Doctor Salvador Allende. En el país hermano del Norte
se está viviendo una crisis por errores de manejo político y desconocimiento
total acerca de llevar una economía interna. El estallido social se está
viviendo por el hambre y no por otra cosa. Los muertos no son defensores del
chavismo si no víctimas de un Estado opresor que no entiende las lógicas
humanas del nuevo milenio. Ante esta situación, solo me queda demostrar mi
solidaridad no solo con las familias de un lado u otro que no pueden dormir
tranquilas en las noches por las revueltas sino también con los movimientos
políticos que ya han pasado al umbral de fanatismo religioso tratando de
esconder a toda costa los ripios y las fallas de un modelo fracasado.
Muy de acuerdo
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