domingo, 23 de febrero de 2014

Chile es un país que tiene un crecimiento económico aceptable, para otros admirable. Es cierto también que nuestro país fue líder en Latinoamérica en desempeño ambiental, en el ranking Environmental Perfomance Index (EPI). Pero aún existen desafíos ambientales que están vigentes y los cuales nos pone como reto que el debate este a la altura de dichas exigencias.

El año pasado, con fecha 14 de Agosto, ingreso al Congreso Nacional el proyecto de ley que busca regular  la gestión de residuos y responsabilidad extendida del productor. Este proyecto se enmarca dentro de la política de gestión integral de residuos sólidos, que se aprobará durante la vigencia de la CONAMA el año 2005. Uno de los objetivos era la reglamentación de la gestión de los residuos bajo los estándares establecidos en la Unión Europea y la OCDE.

Durante el año 2005 y la presentación del proyecto de ley, el Ministerio del Medio Ambiente solicita una serie de estudios de diagnóstico de la producción de ciertos productos prioritarios y el manejo de los respectivos residuos y otros dos estudios sobre los impactos económicos, ambientales y sociales de la implementación del proyecto ya mencionado.

El fundamento de todo lo mencionado es que en Chile no existe una regulación distinta la que existe respecto de residuos domiciliarios (Código Sanitario y Ley Orgánica Municipal). Es así, que el proyecto de ley menciona determinados residuos, que tienen la característica de ser altamente contaminante y a la vez reciclable. A modo de ejemplo, podemos mencionar: Neumáticos fuera de uso, aparatos electrónicos, lámparas o ampolletas, diarios, periódicos, revistas, medicamentos vencidos, plaguicidas, baterías fuera de uso, pilas, envases plásticos, cartones, piezas de automóviles en desuso, etc. Dichos residuos no son considerados por las municipalidades dentro de sus gestiones de retiro de residuos domiciliarias, como también escasea las estrategias para fomentar la prevención o el reciclaje sobre dichos residuos.  Es por eso, teniendo en cuenta que el manejo de los residuos en nuestro país se plantea como una preocupación constante de todos los sectores sociales de nuestro país, y no teniendo soluciones efectivas es que se adopta la posibilidad de reglamentar dicha materia. A todo lo anterior se agrega el hecho de que existen determinados patrones de producción y consumo que aumentan la generación de dichos residuos.

El ingreso de Chile a la OCDE, nos trae como desafío elevar los estándares medioambientales, más allá de reformas orgánicas, como la creación de la Superintendencia o de Tribunales ambientales. Es así que en los países que pertenecen a la OCDE como a la Comunidad Europea existe reglamentación propia que tiene como objeto el de imponer ciertas obligaciones al productor como al consumidor sobre dichos residuos, como así también resguardos para no intervenir en la libre competencia, a través de mecanismos de fiscalización y de políticas de gestión constantes.

Así llegamos al objetivo de dicha ley, que es tener una estructura y cultura de reciclaje, amparada, potenciada y asesorada por el Estado chileno. En otras palabras, se busca incorporar valor a los residuos  como un elemento primordial en la gestión de  los residuos sólidos, e introduciendo en la  regulación existente en la materia un  instrumento económico que busca generar  mecanismos que permitan aumentar los niveles  de reciclaje de los residuos que actualmente  se disponen en rellenos sanitarios o que son depositados en vertederos ilegales.

Es así que se llega a diferenciar dos objetivos claros: En primer lugar, promover la creación de productos que perduren en el tiempo, aumentando su vida útil. Y en segundo lugar, promover e incentivar el desarrollo del reciclaje, reutilización y valorización de los residuos, que trae como consecuencia el aumento de la vida útil de los vertederos y rellenos sanitarios existentes hoy en el país.


Es así que el desafío para nuestro país es alta. El derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación no debe ser una materia postergada en los debates que han de ocurrir en el nuevo período presidencial. Aumentar el aparataje estatal es un avance en materia ambiental, pero sin leyes y reglamentos que tengan en cuenta el concepto de justicia ambiental, va ser difícil llegar a un desarrollo pleno en la materia.

Alejandro Valenzuela

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